Princesa de Nadie – 2: Sebastien

Capítulo 2: Sebastien

18 de abril

Agradezco al cielo que Ian este afuera de la ciudad en estos momentos. No creo tener el valor suficiente de responder a ninguna de las preguntas que seguramente haría al verme salir de la casa vestida de esta manera. Cierro la puerta de entrada y voy hacia mi auto, el cual no concuerda en absoluto con mi personalidad, hasta en eso me encuentro presa de él. Me subo a mi Citroën C3 del año color blanco, cortesía suya en la última navidad, y con mis nervios aun a flor de piel lo pongo en marcha para ir a mi entrevista de trabajo. 

Los paisajes de Paris se pasean en el exterior mientras que en mi mente repaso una y otra vez la información que he leído de la revista Midira. Si bien es una de las revistas más importantes del país, me pareció necesario hacer una investigación más exhaustiva en caso de que me preguntasen que es lo que conocía de la empresa. Definitivamente todo esto es mucho más de lo que yo esperaba. El señor Adrien Vincent, heredó la revista de su padre y bajo su presidencia la empresa se ha expandido a nivel internacional haciendo que hoy en día la revista cuente con cinco divisiones internacionales en España, Italia, Estados Unidos, y Latinoamérica.  Definitivamente trabajar en un sitio como este, sería un sueño hecho realidad; uno que espero este muy lejos de cómo han terminado mis otros sueños.

No sé ni cómo he llegado a mi destino ya que mi mente no ha dejado de dar vueltas en el aire, pero frente a mi está el imponente edificio que pertenece a la revista, y el cual en su mayoría vidriado. Estaciono en uno de los espacios designados para los visitantes, y antes de bajar del auto, tomo mi bolso y la carpeta la cual contiene mi hoja de vida, y una copia de título del universitario. Finalmente, bajo del auto y aprovecho el reflejo de los cristales polarizados para asegurarme que mi cabello y ropa estén en orden.  Acomodo mi blazer color negro, me aseguro de que mi pantalón haciendo juego no este arrugado, y respiro profundo para intentar relajarme, pero no es fácil, después de todo, me estoy jugando una oportunidad importante el día de hoy.

El ruido de mis tacones retumba en el piso de concreto y afortunadamente los pasos que debí dar hasta llegar a la puerta son pocos. Abro una de las inmensas puertas de cristal, entro al edificio y me quedo maravillada con la perfección del lugar. El suelo es completamente de mármol color gris claro, muchas de las oficinas tienes una vista hacia este enorme lobby, y todo lo referente a su decoración es moderno; en pocas palabras, el sitio es maravilloso. 

—¿Je peux vous aider ?— Me pregunta la recepcionista. 

—Mon nom est Antonella Andreani…— 

—Señorita Andreani, si, la están esperando en el octavo piso.— Intercede sin dejarme terminar mi frase y sonrió.

—Gracias.— Digo amablemente y sigo caminando hacia los elevadores.

Las puertas de metal algo brillante me devuelven la imagen de una mujer vestida elegantemente que lleva su cabello castaño completamente liso y suelto, y quien se ha maquillado de manera sutil para esta ocasión. Me cuesta creer que esa mujer soy yo. Normalmente me visto de manera más informal y no presto mucha atención a mi cabello; quizás él me ha quitado las ganas de incluso arreglarme para verme bonita, no lo sé. 

Aquellas puertas se abren y haciendo un intento por relajarme, respiro profundo y exhalo, entro y presiono el botón número ocho. Observo las portadas de revistas que hay decorando el interior del elevador y sigo sin creerme esta oportunidad «me siento en las nubes».

Es poco el tiempo que transcurre hasta que las puertas se abren e inmediatamente salgo del elevador para encontrarme con otra recepcionista. Es una chica bastante joven de cabello negro y ojos grises, me atrevería a decir que tiene más o menos mí misma edad. 

—¿Antonella Andreani?— Me pregunta y asiento.—

—Si, soy yo.— Respondo nerviosa.

—Dana me ha avisado que habías llegado. — Me explica y solo la miro confundida. —La recepcionista del primer piso. — Se explica y asiento.

—Ah, sí claro— Hablo finalmente haciéndome la entendida.

—El señor Vincent y la señora Sender estarán contigo en un momento.— Me explica y no puedo creer que el mismo dueño de la revista vaya a ser quien me va a entrevistar. Si antes estaba nerviosa, ahora estoy a punto de colapsar.

—Gracias.— Pronuncio intentando actuar con normalidad y voy hacia el sofá que hay a un lado. 

Me siento, miro a mi alrededor, repaso nuevamente la información que he leído, e intento que no se me note el pánico que tengo —¿Señorita Andreani?— Me sorprende una voz masculina y al levantar mi mirada me quedo sin saber que decir. Es un hombre bastante joven y muy, pero muy alto. Su cabello castaño claro parece no haber sido peinado esta mañana, pero por algún motivo le queda increíble ya que es rizado. Sus ojos avellana me miran confundido, y la confundida soy yo al verle en jean y suéter color gris.

—Si, soy yo.— Respondo después de mi desconexión neuronal y me pongo de pie.

—Sebastien Vincent, un placer.— Se presenta y me ofrece su mano.

«¿Ha dicho Vincent? »

—¿Señor Vincent?— Pregunto dejando al descubierto mi confusión.

—Seguramente estabas esperando que mi padre te entrevistara, pero hace una semana he asumido la presidencia de la empresa y por lo tanto he tomado su lugar.— Se explica.

—¡Felicidades!— Esa es la única palabra que se me ocurre decir en estos momentos.

—Gracias, pero ven, entremos a la sala de juntas. — Me pide y se da la media vuelta para guiar el camino y de paso dejarme ver las horas de gimnasio que lleva en esa espalda.

«Concéntrate Antonella, ni siquiera lo mires así. Sabes perfectamente que no debes confiar en los hombres» Me repito una y otra vez. 

2 respuestas a «Princesa de Nadie – 2: Sebastien»

  1. Uff con esa descripción que dio Antonela hasta yo quede babeando ya 🤭🤭

    1. 😂😂😂😂

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