Princesa de Nadie – 3: Una Nueva Oportunidad

Capítulo 3: Una Nueva Oportunidad

La sala de juntas es inmensa, no sé si alguna vez había estado en un sitio como este, las portadas de las mejores ediciones de la revista en diferentes idiomas adornan sus paredes haciendo de este un espacio muy único, y el diseño interior es bellísimo. Frente a mi están sentados la señora Laura Sender, y el señor Sebastien Vincent. Debo admitir que esperaba que hubiese más gente presente, pero para el bien de mis propios nervios es mejor así.

—Señorita Andreani.— Pronuncia el señor Vincent y luego mira mi hoja de vida, la cual tiene enfrente suyo —Quiero que sepa que esta no es una entrevista de trabajo típica.— Anuncia y levanta su mirada.

—¿Disculpe? ¿Cómo es eso?— Pregunto confundida.

Él sonríe, y vaya que tiene una sonrisa perfecta… «¡Concéntrate Antonella!» Me grita mi subconsciente.

—A lo que me refiero es que cuando hemos visto su hoja de vida, nos hemos quedado muy sorprendidos con usted y se nos urgía conocerla.— Me explica y yo comienzo a sentir que me sudan las manos.

—No sé qué decir, solo gracias…— Consigo responder. 

—Ahora, explíqueme ¿cómo alguien que ha estudiado literatura en la universidad de Cambridge y ha trabajado en la ciudad de New York ha terminado aquí en Paris trabajando en un bar?— Me pregunta y sé que no tiene ninguna lógica.

—Para explicarle eso debería entrar un poco en el plano personal si no le molesta. — Comento y de repente, él deja su bolígrafo a un lado y entrelaza sus dedos con sus manos apoyadas sobre la mesa. 

—Soy todo oídos.— Responde y debo respirar profundo.

—Yo nací en la ciudad de New York, pero mis padres son argentinos. Cuando termine mi educación básica decidí ir a estudiar literatura a Londres y luego regrese a New York para trabajar en una editorial.— Explico.

—¿Y cómo ha llegado aquí a Paris?— Presiona, y no quiero decirle que ha sido el error más grande de mi vida, pero tampoco puedo mentir.

—A mi pareja le ofrecieron mudarse aquí por trabajo y me pidió que viniese con él.— Explico y arquea sus cejas.

—Entiendo, ¿y ahora quiere retomar su carrera?— Me pregunta.

Asiento —Exactamente, ha llegado la hora de ocuparme de mi. — Expreso y por algún motivo él sonríe.

El señor Vincent mira a la señora Sender y luego vuelve a mirarme. —En ese caso señorita Andreani, quisiéramos pedirle que forme parte de nuestro equipo. Sus estudios y experiencia laboral internacional son cualidades que definitivamente no nos queremos perder en Midira.— Declara y no puedo creer que algo así me esté sucediendo.

—¿De verdad?— Pregunto con un hilo de voz ya que la emoción no me está permitiendo hablar de manera correcta. 

Tanto él como la señora Sender asienten —Antonella.— Dice ella —Sebastien está en lo correcto, si hay una cosa en la que él se caracteriza es en encontrar gente con cualidades excelentes para trabajar con nosotros. Aquí como lo vez, él ha sido nombrado presidente de esta revista por sus increíbles logros.— Me explica y solo puedo sonreírle.

—Eso es increíble.— Menciona.

—¿Qué idiomas habla?— Me pregunta él intentando cambiar de tema.

—Ingles, obviamente español, y aun aprendiendo francés.— Contesto tímidamente.

—Eso está perfecto, porque me encantaría que trabaje con las divisiones de España, Latinoamérica, y Estados Unidos.— Me explica.

—Eso suena increíble.— Respondo y es que en verdad todo esto sigue pareciéndome un sueño, algo demasiado bueno entre todo lo malo que me ha ocurrido.

«¿Puede ser que mi vida este cambiando de esta manera?» 

—Entonces, déjeme ir con usted a recursos humanos para poder preparar su contrato y darle más detalles. — Intercede la señora Sender y se pone de pie.

—Laura.— Le interrumpe el señor Vincent y ella lo mira —Ve preparando todo el papeleo y yo mientras tanto llevo a la señorita Andreani por un recorrido de las facilidades.— Intercede y puedo ver como ella se le queda mirando confundida.

—Eh… si, como tú quieras. — Accede y se retira.

—Señorita, sígame por favor.— Me pide él y se levanta de su silla para que yo haga lo mismo. Le sigo saliendo de la sala de juntas, y luego hasta llegar al elevador, y al entrar en él, me quedo en silencio sin saber muy bien que decir. En realidad, debo admitir que su presencia me intimida un poco. Quizás es esa apariencia desalineada y hasta algo brusca la que me pone nerviosa, o quizás es mi inseguridad en sí. —¿Y hace cuanto tiempo se ha mudado aquí con tu pareja?— Indaga tomándome por sorpresa. 

—Un año y medio.— Respondo.

—¿Le molesta si la tuteo?— Me cuestiona y niego.

—En absoluto—

—Entonces tú también tutéame, ¿de acuerdo?— Anuncia y asiento —¿Y te agrada la ciudad o prefieres Londres o New York?— Averigua después.

Sonrió al recordar el encanto de cada ciudad y me pierdo en mis pensamientos hasta que me percato de sus ojos avellana mirándome mientras sonríe —Cada ciudad tiene su propio encanto.— Respondo finalmente. 

Él asiente —Definitivamente.—

—¿Conoces New York y Londres?— Pregunto sin poder dejar de mirarlo.

Sebastien asiente —Conozco gran parte del mundo, antes que mi padre me apresara en esta empresa, he aprovechado para recorrer la mayor cantidad de sitios posibles, pero, el hogar siempre será el hogar.— Responde y realmente siento algo de envidia por su libertad.

—Me tendrá que contar historias de los sitios que ha visitado algún día.— Propongo y asiente.

—Por supuesto, tendremos tiempo porque trabajaras directamente conmigo, no sé si lo he mencionado antes.— Me comenta y ahora sí que me he quedado en blanco.

«¿Trabar con él? ¿directamente? Debe ser broma» Pienso y con solo pensar en que Ian se enterara de esto en algún momento, me pongo nerviosa, pero no pienso retractarme al intento por encontrar mi libertad. 

4 respuestas a «Princesa de Nadie – 3: Una Nueva Oportunidad»

  1. No Antto no te rindas lucha por tu libertad 🙏🏼🙏🏼

  2. Ay que angustia pobre Antonella

  3. Me gusta que Antonella a pesar de sentir miedo está dispuesta a luchar por su libertad 👏👏👏

    1. 💕💕💕

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